jueves, 18 de octubre de 2012

Lejos



Ya se han repartido las últimas cartas..

El reloj que creiamos eterno, dejó de funcionar.

Quizas ya no recuerdes el sentido de esa frase...

Quizas ya no recuerdes nada mas.

Y entonces, cuando a esta dulce melodía 

solo le sigue el silencio,

y cuando mi vida se vuelve un cambalache,

simplemente me siento a escribirte para idearte... 

para acercarte.

Porque hoy, lejos de toda tristeza,

de toda crisis y llantos,

tan solo encuentro un vacío....

y ese vacio es porque te extraño.

domingo, 5 de agosto de 2012

Nada


Una tarde lluviosa, un café tibio y pequeñas dosis de suicidio en bastoncitos de nicotina…
Tantas cosas que decir, tanto amor para dar, y solo tener como compañera a la soledad.

Te pienso…
Teletransporto tu figura a los pies de mi cama, para que poco a poco llenes esa nada.
La nada que de tan nada, se convirtió en mi todo, y se adueñó de mis sueños de cristal…

¡Qué triste es la distancia! 
Sobre todo, cuando es tan corta…
 
Hoy te extraño, lo admito.
En esta tarde lluviosa, más que nunca, te necesito…

viernes, 27 de julio de 2012

Tristeza


La triste sensación que dejás cuando te vas…
Alargando ese momento, el último, quizás.
Y luego, solo tener vacío y soledad…
Tristeza de encontrarte en cada parte
de mi casa y de mi corazón.
Tristeza de que por primera vez 
me duela escuchar nuestra canción.

Dijiste que tus sentimientos quedaron conmigo,
yo te digo que mi vida se fue con vos.
Solo poseo recuerdos y estas palabras,
quizás las últimas que te dedique, o quizás no…

Se me acaba la inspiración, se me terminan las lágrimas.
No es extraño, solo te extraño.
De una y mil formas, te amo…

Vos querés que pase el tiempo,
yo creo que bastante dejé pasar.
¿Qué no daría porque tus ojos, al ver los míos,
volvieran a brillar?

Si te amo, y si me amaste, solo el tiempo lo dirá.
Hasta entonces mi amor, mi musa…
Mi perfecto pedacito de realidad.

Mi Paraíso


Hay un lugar donde todo lo imposible se vuelve realidad.
El límite donde termina el misterio, y el cielo se junta con el mar…
Allí donde se ahogan mis penas.
Vos, mi lugar.
Con tus besos que curan las heridas, y tu sonrisa que me da felicidad.

No sé si existe el Paraíso terrenal para los hombres,
Solo sé que mi paraíso, son las 5 letras que forman tu nombre.

Te miro una y otra vez y me convenzo de que no hay mejor lugar,
De que sin vos, no hay vida…
Estoy donde quiero estar.

Y aunque mis ojos vean poco,
Y a veces el tumulto me abrume,
Nunca confundirán ese andar…
Porque todo lo que tocas, se transforma poco a poco.
Por eso, tu amor, antes que todo lo demás.

Por eso vos, siempre vos…mi mejor lugar.

X


Sus pulsaciones se aceleraban más y más a cada paso. 
Las lágrimas no cesaban y le dificultaban la visión; pero aun así tenía que escapar.
Él la perseguía, y podría alcanzarla en el menor de los descuidos.
Las estadísticas no eran muy favorables para ella. Muy pocos habían logrado escapar. Es que se trataba de una trampa mortal.
Él había puesto todo su empeño en atraparla. La alejó de todo y de todos. Ahora solo quedaba concluir su plan.
Su afán por destruirla, fue más firme que su afán por amarla.
Es que, ¿Cuánto se puede amar desde un alma sin amor?.
Con solo levantar la voz, rompería su corazón.
Sus pasos lentamente comenzaron a disminuir; la distancia entre ambos, se acortó.
De pronto, un silencio…
Aquella persona que tanto amaba, y por la que transformó fantasías en realidad, de a poco sus sueños desgarraba con la mirada embriagada de frialdad.
Inmersa en su infinita tristeza, le preguntó: ¿Cuánto dolor sentirá alguien como para quitarse la vida por amor?
Y entonces, viendo su corazón desangrarse en manos de quien amaba, comprendió que era eso, exactamente el mismo dolor…

Mi Salomé


Su cuerpo era, sin duda, el mapa más placentero para recorrer con cada uno de mis dedos. 
Poniendo a prueba mi capacidad de tacto, para llegar a la conclusión de que no hay seda que pueda imitar aquella perfección.
Sus cabellos de ángel, llegaban hasta la cintura, y cubrían vagamente el monte donde los hombres pierden la razón. Con cada paso de mis dedos , se movían tímidamente, como imitándome a continuar.
Debajo de la débil maleza, unas marcas del tiempo y de la estupidez humana, demostrando que a veces la vida no es tan feliz.
Yo los acaricié y los besé. Los hice parte de ese maravilloso paisaje.
Pobre, mi Salomé, bailando al ritmo de la nada, pensando si habrá un mañana que le quite ese dolor.
Y es que hay heridas que aunque cierren, no sanan…
Todavía me parece verla entrar por esa puerta. Sus caderas haciendo el vaivén envolvente y confuso, igual que el destino.
Como en son de venganza, ella bailaba desafiando a su miseria con una nota de alegría. Entre tímida y perversa, captando miradas masculinas.
A mi Salomé le pintaron unas marcas que llevará toda su vida, y ella baila y baila con la mirada perdida en su eterno corso, preguntándose si habrá un mañana.
Es que hay heridas que, aunque cierren, nunca sanan…