Una tarde lluviosa, un café tibio y pequeñas dosis de
suicidio en bastoncitos de nicotina…
Tantas cosas que decir, tanto amor para dar, y solo tener
como compañera a la soledad.
Te pienso…
Teletransporto tu figura a los pies de mi cama, para que
poco a poco llenes esa nada.
La nada que de tan nada, se convirtió en mi todo, y se
adueñó de mis sueños de cristal…
¡Qué triste es la distancia!
Sobre todo, cuando es tan corta…
Hoy te extraño, lo admito.
En esta tarde lluviosa, más que nunca, te necesito…
No hay comentarios:
Publicar un comentario