sábado, 19 de junio de 2010

Seducción

María tiene sed de amor,
María ya no cree en este mundo.
Cuando era niña, su madre la abandonó,
María nunca vió brillar el Sol.

Y yo que andaba sola por la vida,
con su pobre alma me fui a cruzar;
la vi parada en la vereda, un día,
y le ofrecí lo que necesitaba.

Arderán los santos libros,
sufrirán los puritanos.
María me vendía su cuerpo,
pero nunca me dió la mano.





Letra de una canción que escribí la semana pasada, para que mi amor le ponga la música en su piano.
Para escribirlo, me inspiré en el libro: "La seducción de la hija del portero" de Pacho O´ donnell.

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