sábado, 19 de junio de 2010

Zamba


¡Por favor no des tantas vueltas!
es una frase que soles decirme
cuando mi indecisión asoma ,
y demuestra, una vez más,
mi poca seguridad a la hora de resolver un problema.

Vueltas y mas vueltas...
Recuerdo que el zamba nunca me gustó.
Aún así volvería a subirme, si con eso,
aunque no sea por mas de unos minutos,
pusiera mi cabeza en blanco
y me alejara del mundo real.

Cuando era niña, mi película preferida era Willy Fog,
hoy sé, que ni la vuelta al mundo en 80 días,
puede explicar mi sentimiento.
Ese sentimiento que me hace experimentar
la sensación de todos los zambas del planeta al mismo tiempo.

Las vueltas de la vida a veces parecen absurdas,
tal vez, sinsentidos grandes y estúpidos.
Y quizá alguna de estas ilógicas vueltas,
son las que me hicieron llegar a conocer
la razón de mi vida.

En este mundo excesivamente dinámico;
de monotonía y giros inesperados,
donde tu mejor amigo resultas ser vos mismo,
no existe mejor vuelta que aquella que me lleva
a girar en una calle con nombre de algún coronel...

Esa calle, tu calle...
Y vos, la mejor vuelta que pudo dar mi vida.

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