jueves, 3 de junio de 2010

Spring

El día iluminaba hasta la caverna más lúgubre y tenebrosa, ubicada en el lugar mas recóndito de la Tierra.

Sus pasos, lentamente la guiaban hasta el blanco y brillante balcón...

La brisa cálida de la primavera, golpeaba su piel, anunciando que una temporada de ensueño llegaría...

El living, que se encontraba en la sala contigua, rápidamente se vio inundado por este aire que revolucionó la habitación, y las notas ubicadas en la mesita de té comenzaron a revolotear.

Hasta su pie desnudo, llegó volando una hoja de un pálido rosáceo, que traía consigo una reflexión.

Las lágrimas comenzaron a emanar de sus ojos, como las gotas del cielo, en un día lluvioso.

¿Por qué a pesar de que el aire golpeaba su cara, ella sentía que se asfixiaba?

Hacía varios días que venía cuestionándose si realmente disfrutaba de su vida.

Tenía un buen empleo, un amigo o dos, y un par de familiares que se preocupaban por ella, solamente por el hecho de tener la misma sangre.

Algún que otro domingo disfrutaba una película o leía un libro de su colección... el mismo que leía desde sus 15 años.

Su vida era tediosa, rutinaria, pero a ella no le importaba...le sentaba bien el color de la monotonía.

Ya sobre el balcón, no tuvo mas que alzar la vista, para poder apreciar ese hermoso paisaje...

Edificios, autos, gente por doquier... en un alegre y dinámico escenario que transcurría una y otra vez...una y otra vez...

La gente caminaba igual, los autos aceleraban, frenaban, y volvían a acelerar. Una y otra vez...

No podía soportar el sabor de la amargura, ya no sabía como apaciguar su malestar.

Lentamente escaló uno a uno los albos peldaños, que cada vez la acercaban más a la tranquilidad que ella buscaba.

Esperó que pasara tan solo una suave ventisca, cuando respiró profundo, abrió sus brazos y se echó a volar, con un suave salto que poco se distinguía de uno artístico...

Sus manos rozaron el aire por última vez, mientras el Sol bañaba por completo la ciudad, en una hermosa tarde de primavera.

Junto a ella, aún volaba la rosácea nota, que la acompañaría en su vuelvo.

Su cuerpo se posó en el pasacalle como una mariposa en su flor; la nota, suavemente se ubicó en su pecho, dejando ver su contenido...ese mensaje que le había robado unas lágrimas, minutos antes...

Y el Sol siguió brillando...

Fue la primavera más bella en Buenos Aires.

Y la nota citaba a Víctor Hugo... "Morir no es nada, lo terrible es no vivir".

1 comentario:

  1. buenisimo eh !
    cada dia mas orgulloso de tu victor-hugoies
    te desenvolves de una manera agradable y excitante, me gusta y te tengo presente en cada instante de mi vida.

    saludos engripados. ♥

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